viernes, 6 de enero de 2012

. MÉTODO DE RELAJACIÓN MUSCULAR, este trabajo está pensado para personas con síntomas de estrés como insomnio, hipertensión arterial, dolores de cabeza, etc. disminuyendo en su calidad de vida y su rendimiento laboral



APRENDER A RELAJARSE
 La relajación, se utiliza ya sea, como un tratamiento en sí misma, como también como un complemento de la práctica clínica.

De hecho en la literatura científica existe cada vez más evidencia de la eficacia de los procedimientos de la relajación.

La relajación se ha convertido en un componente importante en variedad de problemas que se ven en terapia psicológica.

Las investigaciones han demostrado la eficacia de los procedimientos de la relajación en el tratamiento de muchos problemas relacionados con la tensión, tal como el insomnio, la hipertensión arterial, dolores de cabeza, asma bronquial, las disfunciones sexuales  y la tensión general.


Como se ve, dentro del término relajación se incluyen no sólo una técnica, sino varias formas de hacer o de influir sobre la tensión y la ansiedad.

En este trabajo veremos como puede aplicar estas técnicas a usted mismo, ya sean adultos o incluso a niños.

De los diversos métodos existentes comenzaremos describiendo uno que consideramos efectivo, siendo al mismo tiempo de fácil aprendizaje.

Método de Relajación Muscular

Esta técnica comprende unos ejercicios muy sencillos y precisa en total de unos veinte minutos de desarrollo. 

Muchas personas la han encontrado útil para afrontar de modo específico sentimientosde ansiedad y nerviosismo, pero también constituye una forma eficaz de relajarse después de un día agotador. 

Para conseguir mejores resultados, deberá escoger un lugar en el que pueda estar tendido.

Es importante completar los ejercicios sin quedarse dormido, aunque probablemente deseará dormir al terminar el período de relajación.

Para empezar, afloje cualquier tipo de ropa que lo apriete y quítese los zapatos. Ahora tiéndase. A lo largo de los ejercicios relajará progresivamente cada parte de su cuerpo, empezando por los pies y acabando por los músculos de la cara.

Para todas las partes del cuerpo se aplican las mismas instrucciones, que son las siguientes:

Cierre los ojos y ponga en tensión una parte de su cuerpo (por ejemplo los pies).

Mantenga esta tensión hasta contar 5.
Mientras cuenta, procure aumentar la tensión: 
1 (fuerte), 2 (un poco más fuerte), 3 (todavía más fuerte), etc. hasta el máximo que pueda.
Inspire profundamente y al hacerlo libere la tensión acumulada. 

Repítase: estoy relajado,estoy relajado,estoy relajado.

Concéntrese sucesivamente en cada parte de su cuerpo. 
En cada fase, tense y relaje los músculos según las instrucciones:

- Pies: engarfie los pies y ténselos vigorosamente, manténgase así unos segundos. Relájelos.

- Tobillos: dirija las puntas de los pies hacia su cuerpo y tense los músculos de las pantorrillas manteniendo la tensión. Relájese.

- Nalgas: empuje fuertemente las nalgas contra la silla, sofá, cama o suelo. Relájese.

- Abdomen: tense el abdomen como si esperara encajar un puñetazo en el estómago. Relájese.

- Pecho: tense los hombros apretando las palmas de las manos una contra otra. Relájese.

- Hombros: tense los hombros encogiéndolos tan altos como pueda. Relájese.

- Garganta: tense la garganta hundiendo la barbilla en el pecho. Relájese.

- Nuca y cabeza: presione con la nuca y la cabeza contra la parte posterior de los hombros. Relájese.

- Cara: arrugue la frente y apriete, luego relájese. Arrugue las cejas y apriete, relájese.
Cierre los ojos apretando fuertemente, relájese.
Apriete las mandíbulas y los dientes, relájese.
Apriete los labios vigorosamente y luego deje que se entreabran lentamente.
Observe en todo momento el contraste entre la tensión y la relajación.

Ahora, con los ojos todavía cerrados, experimente la energía que su cuerpo le está proporcionando: un sentimiento de potencia y calor, tal vez incluso un leve hormigueo.

Finalmente, vuelva a cada parte de su cuerpo, dígale sencillamente que se relaje cinco veces. 
No tense los músculos. Intente conseguir una relajación más profunda. A medida que repite la palabra "relájate", deje que su mente se vacíe por sí misma de pensamientos.
Con la relajación muscular, conseguiremos en muy pocos minutos restablecernos del estrés, ansiedad, fatiga, cansancio, etc.

Después de realizar el ejercicio de relajación podremos comprobar además de el descanso corporal adquirido, una verdadera tranquilidad de espíritu.

Debemos tener muy en cuenta que un músculo tenso o contraído, consume más oxígeno y por el contrario cuanto más relajado está menos oxígeno consume, de forma que la respiración también se hace más lenta, profunda y relajada.

Esta colaboración fue enviada por la fisioterapeuta 
Elena Martínez 
             a quien agradecemos su aporte. 


 
Hasta la próxima
                                    Leo Socolovsky